Feliz cumpleaños Papa Francisco
Han pasado 82 años desde el 17 de diciembre de 1936, día del nacimiento de Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, Argentina. Hijo de emigrantes piamonteses, cuando era niño decía que de grande le gustaría ser carnicero. Lo recuerda respondiendo a la pregunta de un niño el 31 de diciembre de 2015. También le apasiona el canto, nacido de la costumbre de escuchar cada semana en la radio, con sus hermanos y su madre, una emisión de música lírica. Su padre le enseñó, desde muy joven, la importancia del trabajo. Trabajó en varias profesiones y se graduó como técnico químico.
La vocación
Pero otro es el horizonte más importante de su vida: la fe, forjada por su abuela Rosa Margherita Vassallo, que florece en la vocación. En 1958 entró en el seminario y decide hacer el noviciado entre los Padres Jesuitas. Fue durante este período que una enfermera, la Hermana Cornelia Caraglio, salvó su vida al convencer a un médico para que le administrara la dosis correcta de antibiótico para tratar la neumonía. A esta “buena mujer, lo suficientemente valiente como para discutir con los médicos”, Francisco se reunió el pasado 3 de marzo con una delegación de enfermeras a quienes expresó su agradecimiento.
El sacerdocio
En 1969 fue ordenado sacerdote. Ese día, su abuela le entregó una carta, dirigida a todos sus nietos, que el joven Jorge Mario guarda en su breviario: “Que tengan una vida larga y feliz. Pero si algún día el dolor, la enfermedad o la pérdida de un ser querido les llenan de tristeza, recuerden que un suspiro frente al Tabernáculo, donde está el mayor y más augusto mártir, y una mirada a María, que está al pie de la cruz, puede dejar caer una gota de bálsamo sobre las heridas más profundas y dolorosas”.
Arzobispo de Buenos Aires
En 1973 fue nombrado Provincial de los Jesuitas de Argentina. En 1992 recibió la ordenación episcopal y el 28 de febrero de 1998 fue nombrado Arzobispo de Buenos Aires, primado de Argentina. En el Consistorio del 21 de febrero de 2001, Juan Pablo II lo creó Cardenal. “Esta mañana – afirmó el Papa Wojtyła en esa ocasión – Roma católica se reúne en torno a los nuevos Cardenales en un cálido abrazo, sabiendo que se está escribiendo otra página significativa de sus dos mil años de historia”. Es el preludio de otra página histórica: la que en 2013 escribe el primer Papa de América, el primer Pontífice jesuita.
La elección a la cátedra de Pedro
Después de la dimisión del Papa Benedicto XVI, fue a Roma para el cónclave. El 13 de marzo de 2013 fue elegido Sumo Pontífice. Durante su visita a una parroquia romana el 19 de febrero de 2017, un niño le preguntó por qué se convirtió en Papa. “El que es elegido – respondió – no es necesariamente el más inteligente. Pero es lo que Dios quiere para ese momento de la Iglesia”. Como Papa, eligió el nombre de Francisco. Pocos días después de la elección, reunido con los representantes de los medios de comunicación, explicó la elección del nombre que revelaba que había pensado en San Francisco de Asís, “el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y protege la creación”. Y es precisamente en estas orientaciones, a través de gestos y escritos como la Encíclica Laudato si’, donde se declina el pontificado de Francisco.
Tomado de www.vaticannews.va